El libro está divido en dos partes: Relatos y Nostalgias, que nos mostrará dos etapas diferentes de la trayectoria del autor.
En Relatos, las historias se desarrollan en La Habana. En Nostalgia, ya en el exilio, aborda los acontecimientos acaecidos en España y Miami, y las contradicciones generacionales de los emigrantes y exiliados cubanos.
Los todos escritos en Relatos, están basados en hechos reales, recreados en lugares diferentes, entrelazando la ficción, la realidad y la imaginación con los recuerdos personales del autor en épocas muy lejanas con las actuales. En esta parte del libro, no existe el tiempo ni el espacio.
García Fresquet siempre ha eludido contarnos sus peripecias y experiencias dentro del periodismo socialista cubano. Del mismo modo, lo evitó en su libro Yo también viví detrás de la cortina de bagazo (2021). Ahora, en el Relatos, utiliza el recurso de «bifurcar los relatos» y a Ignacio como figura central, el cual aparecerá en todas las historias, unas veces narrando intrigas, misterios de joyas robadas, confiscaciones, contradicciones políticas, exilio, o chicas posando desnudas para un famoso pintor.
En otras partes, Ignacio es un personaje adolescente o adulto incluido en las historias.
Los escritos en Nostalgia son muy diferentes a los de Relatos. En esta segunda parte, el autor se distancia completamente de la ficción y penetra en la realidad del exilio con sus reflexiones y comentarios acerca de la percepción y la visión de Cuba que tienen cada una de las generaciones que han emigrado desde 1959, sin entrar en los detalles y las razones que tuvieron para hacerlo.
Escritos «sin nostalgias por la Cuba republicana» porque, según el autor, «caería en la trampa de «aquel pasado que fue mejor», que ciega y te deja paralizado en épocas imposibles de revivir».
Son reflexiones y comentarios con curiosidades añadidas, escritos en primera persona sin sentir el miedo «del filo de una guadaña rozando su cuello», como dice el autor.
García Fresquet ha definido el contenido los escritos de Nostalgía de esta manera:
«Seis generaciones de cubanos han emigrado a los Estados Unidos y otros países. Cada una de ellas, trae consigo su propio terruño y nostalgias muy distintas unas de otras. Transportan la educación recibida, recuerdos y costumbres muy desiguales. Llegan cargadas de anécdotas e historias que difieren mucho de las generaciones que les precedieron, a pesar de tener un origen común. Los nuevos exiliados y los que emigran por razones económicas, poseen imágenes gráficas actualizadas de sus pueblos y de La Habana. Ninguna de ellas tiene semejanzas con aquellas de los años anteriores a 1959.»
El autor compara la percepción de la marca comercial «nostalgia cubana» que tiene, y diferencia, a cada una de las generaciones que ha emigrado desde 1959, sin entrar en los detalles de las razones que tuvieron para hacerlo. Además, destaca la pérdida de la identidad nacional cuando se emigra.
Las curiosidades y coincidencias surgidas de los propios temas, fueron agregados por el autor para llevarnos un viaje al inframundo de La Habana.
Antes de comenzar a leer, Luis García Fresquet nos avisa, que todos «los escritos están redactados como cualquier aficionado a las letras, de forma simple y espontánea, sin pretender ser un escritor profesional».
El editor